23 de abril de 2008

Hope - Entrada 4

Y con esas palabras, se decidió el lugar donde estudiaría Alan.

De regreso en su ciudad natal, empezaron los preparativos para su admisión en la Universidad del Monte Verde: Lo primero era presentar el exámen de admisión; una vez que lo pasara, lo siguiente sería ir buscando una residencia dentro de la Villa de Estudiantes, empezar a familiarizarse con el ambiente del lugar, conocer los alrededores y planear lo que se llevaría consigo para aquel lugar.

Al principio Alan estaba muy renuente a la idea de irse a una "Universidad de pueblo", pensaba que una universidad de ese tipo no tendría un buen nivel y que prácticamente le habían sugerido aquel lugar sólamente por el hecho de estar cerca de su ciudad natal, no iba a cambiar de estado. Pero al final resultó ser un lugar muy agradable y con un gran nivel académico. Pero sobretodo, le agradó el ambiente que se respiraba en el lugar: Un ambiente tranquilo y rústico que, como había dicho antes, pareciera que había viajado a través del tiempo, encontrándose lo antiguo con lo moderno.

De regreso, ya en su casa, observó nuevamente las diferentes imágenes que recorrían su vida. Desde la primaria hasta la preparatoria, pasando por todas las amistades que había conocido. Hasta la fecha eran pocas las personas a las que realmente podía llamar como "amigos".

- Al fin le diré adios a los viejos días.... -

Los nuevos días, estaban por comenzar.......

16 de abril de 2008

Hope - Entrada 3

Quiero agradecer a quienes siguen la historia. Gracias por sus ánimos a que continúe tanto esta como todo lo que voy escribiendo. Seguiré con la historia.

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Finalmente pararon en el centro del pequeño poblado. La imagen de un zócalo bien cuidado con música sonando en el fondo se vislumbraba frente a los ojos de la familia que decidió comer en el restaurant del hotel que ahí se encontraba. El pequeño zócalo estaba completamente rodeado de pequeñas tiendas, locales y la plaza del gobierno. Justo como Alan había dicho para sí mismo antes, el lugar tenía toda la imagen de su ciudad pero años atras. Se imaginaba paseando una tarde de domingo en aquel lugar, disfrutando de la vista mientras desayunaba o hacía sus compras. Era algo que tenía ganas de hacer desde hace muchísimo tiempo.

Durante la comida, la familia platicó acerca de lo bien que se veía el lugar y que no parecía un mal lugar para estar. El padre de Alan hacía especial énfasis en el hecho de que ya había visitado aquel lugar con anterioridad y le explicó lo mucho que había crecido el lugar. Al principio era un pueblo demasiado rural, prácticamente de paso, que empezó a crecer gracias a la universidad que se instaló en una pequeña localidad cerca de ahí, que ahora era conocida como la "Villa de Estudiantes".

Después de la comida se dirigieron directamente para la universidad. El camino era pintoresco y empezaba a notarse la urbanización del lugar, pues para llegar a la Villa de Estudiantes y, por ende, a la universidad, era necesario cruzar el boulevard que llevaba directo de nuevo a la carretera. Los comercios de reparación de autos rondaban por todos lados y el lugar era lo suficientemente ancho para poder observar todo. El trayecto era corto, el poblado se encontraba a escasos 5 minutos en automóvil de la universidad, prácticamente podía uno ir caminando, solo que el tramo era solitario y no era una buena idea irse por las noches por aquel sendero oscuro y sin luz.

Al llegar a la universidad la primera impresión fue buena. Un lugar grande con buenas instalaciones y areas verdes. Construido sobre un buen terreno, el lugar era grande, no tanto como otras universidades pero si lo suficiente para decir que podía albergar a varios estudiantes.

- No creí que este lugar fuera tan.... genial. - Dijo Alan para sí mismo en voz alta.
- ¿Entonces, te está convenciendo el lugar? - Le preguntó su padre.
- Desde que llegamos me he estado fijando en todos los aspectos del lugar. Y el plan de estudios no es malo, es mas, me gusta. -
- Me parece perfecto. -

Siguieron recorriendo por un rato el lugar. La biblioteca del lugar era enorme y la sala de lectura muy bien equipada e iluminada, algo que no había visto antes en sus anteriores escuelas. Esta vez estaba decidido a estudiar bien y superar todo lo que había pasado antes.

Finalmente, fueron a ver la Villa de Estudiantes. Anteriormente era una pequeña comunidad rural donde habitaban pocas personas, pero desde la llegada de la universidad fue empezando a poblarse mayoritariamente de los estudiantes y de ahí empezó a crecer y conocerse como la "Villa de Estudiantes". Prácticamente se encontraban puros dormitorios, cuartos compartidos y casas para los estudiantes junto con pequeños negocios de comida, tiendas y curiosidades más para los estudiantes. Era un lugar muy pequeño.

Después de recorrer todo el lugar, y antes de partir de regreso a casa, comentaron entre todos sobre como lucía el lugar y que le parecía en sí a Alan, que era la persona cuya decisión era la que más peso tenía.

Alan simplemente dijo con una mueca de alegría en su rostro:

- Me han convencido, entraré en la Universidad del Monte Verde. -

Poema - Cielo Nocturno

Bueno, aquí otro poema. Este fue escrito durante una noche estrellada que estaba sentado en un cuarto de mi antigua universidad, en oscuridad e iluminado por el cálido brillo de las estrellas nocturnas. Pensaba en una chava que me había empezado a gustar, pero eso fue una historia muy corta.

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Cada noche me detengo a observar

El cielo nocturno que posa sobre mis ojos

Y contemplo las brillantes estrellas nocturnas,

Aquellas estrellas que me hacen recordar

Tu belleza y sonrisa sin igual.

¿No son acaso hermosas?

Cada una tiene un brillo especial,

Resplandecen ante un fondo frío y oscuro,

Pensar que a la vista son diminutas

Cuando en realidad son astros gigantescos

Capaces de dar luz a otros mundos.

Me has cautivado, no lo voy a negar.

¿Pero quién no caería rendido

Ante tal figura celestial,

Con una voz angelical

Y hermosos ojos brillantes?

Cuando miro a las estrellas

Me gusta pensar que el destino existe

E imaginar que estas han querido

Que nuestros caminos se cruzaran.

Tal vez sea el único que cree en todos estos cuentos.

¿Pero acaso el querer no es poder?

¿Acaso las grandes cosas de la vida

No empiezan por simples detalles vanos?

Cada palabra expresa una emoción

Cada letra una esperanza

Estas son mis palabras de aliento

Para un corazón enamorado

Inundado en el mar del amor

Camino al Destino - Parte 3

Con esto termino la historia de "Camino al Destino" que ya he recordado al fin como nació.

Hace unos 3 años aproximadamente, en un foro en el que era muy activo llamado Hellsoft (Acaba de renacer) hicieron una vez un concurso de escritos. En ese entonces empezaba mis primeros pasos en esto de escribir y decidí entrar en dos categorías: Descripción escénica y cuento. La historia de "Camino al Destino" la hice como historia de Descripción Escénica. No recuerdo en que posición quedé sinceramente.

Bueno, espero que les guste, el final es algo muy trillado, pero espero que les agrade.

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"Camino Al Destino - Parte 3"

El estruendo crecía lentamente, hasta que lo pude oír claramente, ¡Habían disparado directamente hacia la pequeña iglesia! Un golpe certero la destruiría sin duda alguna, en lo único que pensaba era en dos cosas: Moriríamos a causa del impacto, el cual sobrepasaría el suelo, penetrando hasta donde nos localizábamos y destruyendo absolutamente todo, o simplemente sobreviviríamos al impacto, pero nos sería imposible salir de entre los escombros que taparían la salida, muriendo de hambre.

El certero golpe fue tan fuerte, que parecía un gran terremoto el que nos sacudía, y el sonido fue tan estridente, que se podría decir que una bomba atómica chocó contra nosotros ¿Acaso fuimos golpeados por alguna clase de proyectil desconocido? ¿Con qué clase de armamento contaba el enemigo, que fue capaz de dejar aquella impactante edificación de ruinas de un solo golpe? Nunca lo sabré.

Terminado el ataque, que duró solamente unos segundos, el muchacho y yo nos reincorporamos.

Habíamos sobrevivido al impacto, pero temía que mi segunda hipótesis se volviera realidad: Quedar atrapados entre los escombros sin ninguna posibilidad de salir.

Ya de pie, el muchacho no perdió tiempo y fue a revisar la única salida, pero ni siquiera intentó de abrirla nuevamente como lo hizo la primera vez, creo que se dio cuenta, al igual que yo, que los escombros impedirían nuestra fuga.

Se sentó en el suelo, se quedó mirando al vació un rato, e inmediatamente llevó las palmas de sus manos a su rostro.

Supuse que, al ver nuestra situación, estaría llorando desconsolado, pensando que no tendríamos salida de esa horrible pesadilla a la que habíamos llegado él y yo.

No sabía que hacer, por un lado, era un muchacho, el no tenía la culpa de ser parte de esta horrible guerra… ningún joven debe ser parte de la guerra…. ¡NADIE DEBE SER PARTE DE UNA GUERRA!. Pero, por otro lado, fue por él que nos encontrábamos en esa horrible y desesperante situación, sin alimentos, sin agua, y sin esperanzas.

Una vez más, me equivoque.

No estaba llorando, sino pensando, y lo pude notar por la expresión pensativa en su rostro, ¡Y yo que creía que estaba llorando!

En un momento, sin decir nada y sin hacer ninguna clase de ruido, se levantó, se acercó a una de las paredes y empezó a analizarlas, justo como había analizado el suelo con anterioridad.

Creí que iba a realizar nuevamente su “conjuro” y abrir una nueva entrada, que nos llevaría a la salida, pero no, empezó a tocar, con los nudillos de su dedo índice y medio, una de las losetas, acto seguido, la empujó, pero no logró nada. Siguió empujando con todas sus fuerzas, todo fue en vano, no se abrió una nueva puerta, ni las paredes se movieron, ni nada.

Al observar esto, creí que había encontrado una loseta suelta, y que tal vez nos llevaría a la salida…. eso, o nos llevaría a nuestra muerte, pero en estas condiciones, no había otro remedio.

Sus esfuerzos fueron en vano, y estaba a punto de darse por vencido y aceptar la muerte. Dejó de aplicar fuerza a la loseta, y dejó caer la mano derecha hacia el suelo, en expresión de rendición.

En ese momento, me coloqué a un lado suyo, le tomé la mano derecha, y con mi mirada, le di todo mi apoyo, y empecé a empujar la loseta.

Al ver mi expresión, una ligera sonrisa se dibujó en el suyo, y volvió a tomar fuerzas, para empujar junto conmigo la loseta. En verdad fue difícil, estaba firmemente pegada a las paredes, pero no tanto como las demás, esta tenía unas pequeñas aberturas difíciles de ver a simple vista. Al final, la loseta cedió, mostrando un nuevo camino.

Fue tanto el esfuerzo que realizamos por moverla, que cuando lo logramos, caímos rendidos al suelo, respirábamos apresuradamente y nuestros corazones latían como bombas de tiempo a punto de explotar. Cerré los ojos por un momento, y recordé nuevamente a mi familia, a mis pequeños hijos, y principalmente…. a mi amada Michelle.

Los volví a abrir, y vi que el muchacho ya se había reincorporado, me miró unos segundos, y extendió su mano hacía mi, en señal de amistad. Naturalmente, yo extendí la mía, y nos dimos un apretón de manos en donde nos transmitimos todo nuestro apoyo, fe y esperanza.

En ese apretón, me ayudó a levantarme del suelo, y entramos al pasillo para seguir el nuevo camino que se había abierto ante nosotros.

Después de una larga caminata, ayudados de una pequeña linterna de bolsillo que, como había dicho desde el principio, guardaba para momentos como ese, llegamos a una pequeña salida, de la cual salían los cálidos y brillantes rayos del sol…. esos rayos solares que tanto me gustaban, y que en ese momento tanto anhelaba ver.

Al salir, lo que vimos ambos nos dejó desconsolados, y pude saberlo de parte del muchacho por la expresión en su rostro, muy parecida a la mía: Ninguna casa quedó de pie, todas estaban completamente en ruinas, la pequeña iglesia, que se divisaba a unos cuantos metros al oeste, quedó destruida. En donde antes se encontraba un hermoso lugar tapizado con hermosos dibujos y decorado exquisitamente, ahora se hallaban piedras y madera destruida, convertida en polvo y recuerdos.

Nos acercamos a los restos, era desolador el panorama, ya no había ruido, ya no había un cielo gris, ya no había… nada.

De entre los escombros, pude recuperar una imagen de la cara de Cristo, que ahora conservo en memoria de aquel joven que salvó mi vida.

Fuimos los únicos sobrevivientes del ataque al pequeño poblado, toda mi tropa fue eliminada en una emboscada de parte del enemigo, que llegó de quien sabe donde, mientras yo revisaba la pequeña colina y la iglesia que escondía a sus espaldas.

El joven que rescate, o que mejor dicho, me rescató aquel fatídico día, nunca lo he vuelto a ver, pues después de revisar todo, y comprobar que no quedó nada en pie, se marchó de aquel lugar, no sin antes despedirse de mi con un caluroso abrazo, y no pude contener mi llanto, pues no solamente habíamos sobrevivido, sino que gracias a él, hoy estoy reunido con mi familia y amigos nuevamente en la civilización.

Sobre la guerra, al fin ha terminado. Después de despedirnos, me encontró un grupo de reconocimiento a la semana, una semana en la cual vagué solo y sin alimento en busca de algún indicio de civilización, siempre al tanto, temiendo por mi vida.

No obstante, hay preguntas que aún circulan en mi mente: ¿Qué fue lo que pasó realmente en aquel lugar? ¿Por qué no encontré a nadie ni nada vivo? ¿Con que tipo de armamento atacaron aquel lugar? Y si era tan poderoso ¿Cómo fue que perdieron la guerra?

Tal vez, y solo tal vez, nunca lo sepa, ni yo, ni nadie

8 de abril de 2008

Cambio.

La vida es un constante cambio. Nada es eterno, nada es estático.

A través de los años, siempre me he visto como alguien muy diferente a los demás. Nunca recibí maltratos a mi físico, no recibí castigos duros ni supe lo que era tener una vida "dura" en las calles. No viví nada de eso.

Por un lado, me ha servido para crecer en un buen ambiente familiar, sin varios problemas de los cuales muchas familias desean salir. En ese sentido tengo que agradecerle a mis padres puesto que han sido ellos los que han luchado por darme esa vida. Pero por otro lado, al no haber vivido todo eso, cuando la vida me presentó el mundo tal y como es realmente, tuve que pasar por muchas malas experiencias para poder endurecerme y no ser alguien tan fantasioso.

Es algo que me ha puesto a pensar últimamente. Toda mi vida me había jurado a mí mismo nunca cambiar porque no quería ser como la mayoría de personas, que sólo se preocupaban por ellos mismos y no tenían en cuenta al resto de personas. Gente que sólo pensaba en ser exitoso para obtener poder, y no para poder ayudar a las personas. Creo que fue eso lo que me hizo decidirme por el camino de la pasividad, de ser un niño tranquilo y libre de problemas, para no dejarme "corromper" por la forma de pensar de estas personas y para poder potenciarme.

Creí que esto sería suficiente para que la vida me premiara después de alguna forma. Pero ahora que volteo atrás, veo que no fue una decisión del todo acertada.

Si, mantengo hasta la fecha esas creencias y realmente me gusta la forma de pensar que tengo. Pero lamentablemente vivimos en un mundo en el cual el que no se defiende, puede dejar pasar muchas cosas. Desde épocas tempranas, por mi forma de ser y por no saber como actuar contra las distintas formas de burlas que las personas aprenden, fui víctima de las burlas de mis compañeros, siendo que no sabía como defenderme, y lo único que podía hacer en esos momentos era llorar en silencio por no saber como actuar ante esas situaciones. Quise ser dependiente y nunca dije nada a mis padres, las personas que en esos momentos pudieron darme todo el apoyo necesario. No confié en ellos y todo eso terminó en una época de la cual tengo más recuerdos amargos que alegres, y casi todos provocados por mi falta de experiencia y por mi renuencia a no querer aprender a defenderme.

Con el paso del tiempo, esto se fue repitiendo en una escala ya un poco menor. Pero igualmente seguía teniendo los ideales de un niño, pensando en que todo se resolvería magicamente y que de repente sacaría una fuerza interna desconocida que me ayudaría en mis problemas. Pero esto no es así, antes de hacer eso hay que ganarse una confianza interna y no dejarse intimidar por una bola de personas que realmente no te entienden. También es parte importante de la vida saber distinguir a los verdaderos amigos de los amigos convenencieros.

No quiero hacer este pensamiento largo. Ya he contado un poco de mi vida antes y siento que estoy repitiendo lo mismo, así que pasemos al punto importante de este asunto.

Toda mi vida creí que manteniendo mi forma de pensar y siguiendo siendo como era la vida me iba a recompensar. También creía que mi "mala fortuna" con las mujeres se debía a que simplemente no tenía la confianza suficiente para declararme, y que al momento que superara esa fase encontraría a alguien que me diera el sí y entonces habría un gran cambio en mi vida.

Pero no ha sido así, ese cambio se ha dado de una manera que no tenía pensada.

Yo realmente no creía que se podría ser una buena persona de otra manera que de la manera que pasé mi vida.

Eso fue hasta que conocí a una mujer.

Cuando la conocí, creí que era una chica como todas las demás pero que tenía los mismos gustos que nosotros. No creí que hubiera pasado por tantas cosas, que hubiera experimentado varias cosas y que aun así fuera una persona que se preocupa por sus amigos, que es buena persona, que es amigable y tan buena amiga; y al mismo teimpo alguien que no se deja mangunear, alguien que tiene su orgullo y que lucha por todo lo que cree, sin importar que o quien se le ponga enfrente.

Realmente me ha hecho darme cuenta de varias cosas, me ha hecho cambiar y madurar. Me he dado cuenta que es bueno tener el espíritu de niño adentro, pero no es bueno ser un niño grande. Hay veces que hay que demostrar que un hombre es lo suficientemente fuerte para proteger a alguien y para no dejarse pisotear tan fácil, y hay veces que tienes que demostrar que realmente harías todo por luchar por lo que crees. No hay que vivir de sueños y fantasías, hay que luchar por lo que uno cree hasta el final. Este es el mundo de los adultos.

Así que, en estos momentos en que me he dado cuenta de todo esto, volteo atras y veo los fallos que he tenido. Me di cuenta que se pude haber sido la misma persona, pero al mismo tiempo pude haber solventado todos mis fallos y no haber sufrido tanto. Todo eso me lo hizo ver una persona, una mujer de la cual estoy eternamente agradecido de haber conocido, y a la cual quisiera que estuviera presente toda mi vida. Porque a ella le debo mucho.

Aunque tal vez nunca leas esto, solo quiero decirte que gracias por lo que me has enseñado y por todo lo que todavía me falta por aprender. He cambiado gracias a tí, y he madurado más.

Mi mayor deseo es que seas feliz.

Brennus Shamira